viernes, 28 de octubre de 2011

Abuso Sexual infantil

El abuso sexual es definido como cualquier actividad sexual entre dos o más personas sin consentimiento de una persona. El abuso sexual puede producirse entre adultos o de un adulto a un menor. En este sentido, las adolescentes y mujeres jóvenes tienden a ser más vulnerables a la coerción sexual que las adultas. Según datos de Coalición Global, sobre mujeres y sida del 20 al 48% de las adolescentes informan que su primera relación fue forzada. En la Encuesta  Caribeña de Salud del Adolescente se encontró que el 12% de las adolescentes son víctimas de abuso sexual antes de los 16-18, principalmente por parte de un familiar. Y que las mujeres tienen dos veces más posibilidades de ser víctimas (weaver y maddaleno, 1999).

El abuso sexual constituye una experiencia reumática y es vivido por la víctima como un atentado contra su integridad física y psicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye una forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a las generadas en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc. Si la víctima no recibe un tratamiento psicológico adecuado, el malestar puede continuar incluso en la edad adulta. 

Los niños con mayor riesgo de ser objeto de abusos son:
  • aquellos que presentan una capacidad reducida para resistirse o para categorizar o identificar correctamente lo que están sufriendo, como es el caso de los niños que todavía no hablan y los que tienen retrasos del desarrollo y minusvalías físicas y psíquicas;
  • aquellos que forman parte de familias desorganizadas o reconstituidas, especialmente los que padecen falta de afecto que, inicialmente, pueden sentirse halagados con las atenciones del abusador;
  • aquellos en edad prepúber con claras muestras de desarrollo sexual;
  • aquellos que son, también, víctimas de maltrato

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