sábado, 24 de diciembre de 2011

Los cambios durante la adolescencia

Al entrar en la pubertad todo parece revolucionarse. Los periodos de inquietud y mal humor son típicos de quienes entran en la adolescencia. Durante esta etapa, se crece y madura rápidamente. A los once años en las mujeres y a los trece en los varones se terminan de manifestar los cambios hormonales que comienzan años antes.


No es sorprendente que, debido a la velocidad de estos cambios, algunos adolescentes lleguen a estar tan preocupados por su apariencia que precisen ser tranquilizados, especialmente si ellos no crecen o maduran tan rápidamente como lo hacen sus amigos.
Puede ser útil el recordar que cada adolescente se desarrolla a una velocidad diferente.
La primera menstruación para las chicas o el cambio de voz en los chicos son acontecimientos importantes y que pueden tener lugar en edades diferentes.

Todo este crecimiento y desarrollo requiere gran cantidad de energía, lo que podría ser la causa de que los adolescentes parezcan necesitar dormir más. El que se levanten tarde puede irritar a sus padres, pero generalmente no es fruto de la pereza u holgazanería. Los primeros desacuerdos suelen surgir cuando los adolescentes comienzan a desarrollar sus propios puntos de vista, que con frecuencia no son compartidos por sus padres.

Como forma de alcanzar un sentido de identidad diferente del de sus familiares, los adolescentes suelen pasar mucho tiempo en compañía de personas ajenas a la familia o hablando por teléfono con sus amistades. En ese momento, los padres suelen sentirse rechazados, y en cierto sentido lo son. Pero este rechazo aparente es necesario para que el joven llegue a ser un adulto con una identidad propia. Aunque los enfrentamientos y discusiones sean frecuentes, los adolescentes suelen tener un alto concepto de sus padres.

Los rechazos y conflictos no suelen tener que ver con la personalidad de los padres, sino más bien con el hecho de que es de sus padres de quienes tienen que independizarse si quieren tener su propia vida. A la vez que se esfuerzan por ser más independientes, los adolescentes desean intentar nuevas cosas, pero cuando se encuentran en dificultades pueden reconocer que tienen poca experiencia, y retroceder. Esto puede producir rápidos cambios de su confianza en sí mismos y de su conducta, de forma que parezcan muy maduros un momento y muy infantiles en el siguiente.

El sentirse trastornados o el perder la confianza en sí mismos puede hacerles sentir infantiles, y esto con frecuencia se expresa por medio de conductas mal humoradas y enfurruñamiento más que como disconfort.

Los padres tienen que ser flexibles con estas conductas a pesar de que se sientan bastante estresados al respecto.

Y deben acompañar, aunque mas no sea a la distancia impuesta, y tratar de ser alguien con quien su hijo pueda hablar, y no con quien discutir.

Fuente: Enplenitud.com







No hay comentarios:

Publicar un comentario