lunes, 13 de febrero de 2012

Salud Sexual

La mayoría de los seres humanos viven una administración de su sexualidad insuficiente, escasa y a veces nula. Porque solo se centran en uno o en dos factores, que afectan su sexualidad, y obvian todo lo demás.

Debemos tener un absoluto compromiso con nosotros mismos, con nuestra propia sexualidad, nadie puede tener mayor compromiso con nuestra sexualidad que nosotros mismos, somos nosotros los propios dueños de nuestro cuerpo, y lo que hacemos con el, para bien o para mal, nos beneficiara o nos perjudicará. Nuestro propio ser, en sus dos facetas el aspecto interno y el aspecto externo, se comunica con el mundo exterior, de diferentes maneras, y somos nosotros los responsables, de que esta comunicación, funcione, sea útil, y pueda efectuarse de una manera, placentera.
Nuestro cuerpo, mente, sentimientos, emociones,  y demás aspectos de nuestra vida, están íntimamente relacionadas entre si, y lo que le afecta a una parte de nosotros, nos afecta en todos los demás sentidos de nuestra existencia. Somos nosotros los responsables, de que cada uno de ellos, tenga dignidad y valor autentico.  Es precisamente, en éstas tres áreas, donde podemos permitirnos disfrutar de nuestra sexualidad; con nuestro leal compromiso, a brindarle placer y honor a nuestra sexualidad.




No podemos pretender lograr estos tres pasos, sin primero, tomar conciencia, de que cuando seleccionamos a alguien en especial, para que comparta nuestra vida sexual, debemos estar enfocados en el propósito, de formar una sociedad con alguien, que desee al junto a nosotros administrar ese compromiso, ese placer y ese honor. Cuando seleccionamos a una persona en particular, con quien compartir nuestra vida sexual, estamos en el deber individual, de seleccionar, a alguien que nos garantice, querer cooperar con nosotros, en garantizar ese compromiso, ese placer, ese honor, de manera reciproca, es decir, cuando tenemos una pareja debería ser la meta, asociarnos, para administrar juntos ambas sexualidades, y que se le pueda dar un tratamiento reciproco, donde ambos, administran por sí mismo, y para sí mismo, compromiso, placer y honor, para consigo mismo y para su pareja.


El Acto sexual, es la interacción mas completa de todo los que se refiere a la comunicación sexual, involucra mayor uso de intimidad, de privacidad, y de interacción mutua.




Este es el paso que involucra un mayor conjunto de estímulos, y un mayor conjunto de respuestas a ese conjunto de estímulos.
Además de que en el acto sexual, exista la permanente exposición de recibir y responder a estímulos, también hay otra series de factores internos, y externos de todo tipo, que intervienen, en el acto sexual, entre ellos citaremos los siguientes:
  • Factores Emocionales,
  • Factores Sentimentales,
  • Factores Sensoriales,
  • Factores Psicológicos,
  • Factores Sociofamiliares,
  • Factores Ambientales, etc.           
Cada uno de estos factores intervienen, para darle una gran variedad de diferencias entre un encuentro y otro, ya que pueden darse unas determinadas circunstancias entre un acto sexual en un determinado momento, y manifestarse otros tipos de realidades, en otro encuentro sexual, por lo tanto, no todos los actos sexuales, van a ser iguales, ni producirán los mismos resultados, ni tendrán las mismas limitaciones, ni provocaran las misma cantidad de placer, o como en el caso contrario, no provocaran la misma cantidad de incomodidad. Por ello, es recomendable, de que la pareja, planifique juntas la continuidad de sus actos sexuales, bajo algunos parámetros que pueden ser fácilmente moldeables, para cuando lo ameriten, pero que les permitan establecer períodos prudenciales, entre un acto sexual y otro.

Lo importante en este punto, no es fijar un horario de cuales días si, en que horario durante el día, ni fijar patrones estrictos, de cuantas veces diarias, ni nada por el estilo, pero si crear algunas normas como pareja, que regulen, la frecuencia del acto, considerando sus diferencias, semejanzas, limitaciones, preferencias y gustos de ambos. Lo importante, es poner en practica el uso de la comprensión, la tolerancia, el respeto, y la consideración, porque no todas las personas tenemos el mismo ritmo de vida, en absolutamente ninguna área de nuestras vidas.  Así como no todos tenemos un mismo ritmo para aprender, pues unos aprendemos mas rápido que otros, no tenemos el mismo ritmo para hablar, porque unos se expresan mas pausadamente que otros, ni tenemos el mismo ritmo para correr, o para hacer ejercicio, o para comprender una lectura, ni aun para otros muchísimas ritmos de vida, así tampoco tenemos todos, el mismo ritmo de vida sexual.




Simplemente no todos estamos en las mismas condiciones, ni en las mismas medidas de entusiasmo, ni en la misma frecuencia de necesidad de estar en un acto sexual con la misma frecuencia que todos los demás.  Si conversamos con nuestras parejas, nos daremos cuenta, de que tal vez, le gustaría que las relaciones se dieran bajo unas circunstancias distintas a las de nosotros, tal vez diferentes horarios, diferentes días de la semana, diferentes turnos, o en la mañana, o tarde o noche, o con turnos alternados, pero en fin, con propuestas diferentes a las nuestras, esto es permitido, es valedero, y es comprensible, todos los seres humanos somos diferentes aun  hasta en la sexualidad.


Fuente: Enplenitud.com


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